De lo cotidiano a lo sublime, de lo íntimo a lo metafísico, de la sobriedad al deseo; los cuentistas son libres y eclécticos en sus narraciones sobre la condición de humana. A veces, por su brevedad, muchos cuentos son crueles e intensos; otras veces, son lúcidos e inquietantes; otras, diseccionan estados de ánimo, conjuran sentimientos, son mansos y transparentes o se atreven a narrar «todas las otras cosas oscuras que suceden alrededor de un acontecimiento».