Signos herméticos de una nueva melancolía

Colección Kuiper Enigmática segunda novela de Alfonso García-Villalba, en sí misma una esfera psicodélica que da acceso a un estado […]

Colección Kuiper

Enigmática segunda novela de Alfonso García-Villalba, en sí misma una esfera psicodélica que da acceso a un estado mental confuso, en el que la memoria se ha fragmentado. No es que se haya renunciado a lo real ni a la sensación ni al placer ni a la reverberación de la mente, pero todo sucede en un estado hipnagógico que altera la percepción del tiempo y el espacio.

El mundo tecnológico queda entrelazado con el onírico en este relato circular e insólito. Es un tipo de ciencia-ficción estilística que inaugura la Colección Kuiper, soplando esferas poéticas en la imaginación lectora, «de un azul tan intenso», como decía Pere Gimferrer, «que por las noches fosforece».

Bienvenidos a una inmersión en la memoria y el olvido, a los jirones de un yo que se diluye en percepciones y fluctuaciones sin saber si son propias o no. De hecho, en la Lectura Oracular que inaugura la narración se revela: «Un día escribirás sobre otro. Otro que no eres tú. Otro que, pese a todo, sólo puedes ser tú»

Formato  17 ×24 cm
Encuadernación — Rústica
Nº de páginas — 270
ISBN — 978-84-123318-3-7
Precio — 17 €
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«Una de las obras de ciencia ficción
más arriesgadas y conmovedoras 

que he leído en mucho tiempo».

Pedro Pujante

Prensa

 

«Hermenéutica de la melancolía»
Pedro Pujante
La Opinión de Murcia

9 de octubre de 2021

«Alfonso García-Villalba es un escritor de símbolos. Toda la novela en sí se mueve en el campo de lo simbólico».

«Una estructura reticular y varias voces narrativas que el autor consigue escribir con un pulso endiabladamente ágil».

«Un tono lírico y envolvente que, como un mantra, consigue atraparte y llevarte hasta el final en un rapto hipnótico».

«Hay fragmentos de Signos herméticos de una nueva melancolía realmente bellos […] la acción subsumida por un lirismo violento. Los protagonistas parecen humanos aunque hay en ellos una energía mutante».

«Estados de conciencia alterados y compartidos; conectados entre sí y con el lector. La realidad se confunde con los sueños, los recuerdos son defectuosos debido al consumo de extrañas sustancias. Drones misteriosos sobrevuelan las ciudades y, posiblemente, trastornan las mentes».

«Pero lo más perturbador es esa Esfera Azul que se deja ver en el cielo».

 

«La claridad es, desde mi punto de vista, una forma de adoctrinamiento»
Asier Ganuza entrevista a Alfonso García-Villalba
La Opinión de Murcia

12 de octubre de 2021

 

Alfonso: «Desde la publicación de mi último libro, en 2016, he escrito esta novela, un poemario y un ensayo. Y las tres obras están conectadas de alguna manera».

Asier: «El título suena a Philip K. Dick».

Alfonso: «Es un autor muy influyente para mí en cuanto a la manera de observar la realidad y a los temas que me interesan. Philip K. Dick fue un visionario».

Asier: «Al leer la sinopsis, me viene a la cabeza Matrix».

Alfonso: «Sin duda. También David Lynch o Cronenberg. O pintores como Magritte y El Bosco. O la música contemporánea de William Basinski y de Loscil, sobre todo el ritmo, los bucles sonoros…».

Asier: «¿La obsesión por los recuerdos tiene algo que ver con Memento, de Nolan?».

Alfonso: «Sí, pero la dislocación de memoria que me dejó fascinado es la del protagonista de la novela Nog, de Rudoph Wurlitzer. Sin embargo, la memoria no es exclusivamente personal, tiene un componente político: La función del estado como aparato de vigilancia es la de inventar y construir una memoria incierta y una experiencia impersonal. Lo dice Ricardo Piglia».

Asier: «La novela también habla de control mental, sueño y realidad, identidad…».

Alfonso: «Son temas sobre los que me gusta reflexionar. El nombre del ensayo relacionado con la novela se titula Fábula control. Ficciones mediáticas e identidades autómatas y en él reflexiono sobre ciertos pensamientos que nos son inoculados por una poderosa “industria de bienes semánticos”, una especie de Burger King de los pensamientos. Lo de control mental deriva de las teorías de William S. Burroughs; todo muy paranoia pero no exento de su parte de “verdad”».

Alfonso: «Pienso que el formato cine sería interesante para Signos herméticos de una nueva melancolía. Al escribir la novela buscaba que las transiciones entre capítulos respondieran a cierta sintaxis cinematográfica».

Asier: «La atmósfera es onírica, ¿qué significa para ti como narrador?».

Alfonso: «La confusión entre sueño y realidad pulveriza cualquier tipo de certeza y paradigma. Es bueno cuestionarlo todo; muy constructivo para nuestra existencia. La vida es sueño o puede confundirse con él. Así que Calderón de la Barca, desde su perspectiva barroca, nos dice lo mismo que Satoshi Kon en su película Paprika, o que J. G. Ballard, en Compañía de Sueños Ilimitada. O la canción Dreams never end, de New Order».

Asier: «La novela es difícil de explicar pero ¿podría hacer una sinopsis?».

Alfonso: «Es bueno que el argumento sea difícil. Explicar de qué trata lo que he escrito no tiene nada que ver con la experiencia de lectura que pueda tener el lector. Para leer Signos herméticos de una nueva melancolía hay que dejarse llevar al igual que nos dejamos llevar por el sonido o la música o la experiencia pictórica. Dicho esto, en la novela encontramos un triángulo amoroso y una consciencia o consciencias que se van diluyendo, pero sin dramas; tiene mucho que ver con el mundo que nos rodea, pero quería expresarlo de manera difusa porque nada de lo que nos rodea está claro. La claridad es, desde mi punto de vista, una forma de adoctrinamiento».

Asier: «La novela transita espacialmente por la región de Murcia».

Alfonso: «Me gusta que mis narraciones tengan un referente espacial claro. He querido hacer de mis lugares cercanos, espacios míticos: Los Belones, Cabo de Palos, el Saladar de Lo Poyo o la carretera de las minas que va de La Unión a Llano del Beal».

Asier: «¿Cuáles son sus influencias literarias?».

Alfonso: «Ya nombré a Ballard, Burroughs, Philip K. Dick. También tienen algo que ver en lo que escribo ensayistas como Baudrillard, Mark Fisher o Peter Sloterdijk (muy influyente para Signos). Peter Kingsley y su ensayo En los oscuros lugares del saber, en torno a Parménides, es una lectura fundamental para mí. Y, cómo no, el pensador italiano Franco Bifo Berardi cuyo concepto de “lenta cancelación del futuro” es crucial para Signos».

«Alfonso García-Villalba, escritor: Todo el arte debe abrirse a nuevas realidades»
José Daniel Espejo
eldiario.es

19 de octubre de 2021

El narrador murciano lanza una novela inclasificable pero tan onírica y adictiva como los escarabajos psicoactivos que pueblan sus páginas. A caballo entre múltiples planos de la realidad, los personajes giran y se enredan hasta confundirse entre sí en un viaje iniciático que los devuelve—transmutados—al punto de partida.

Espejo: «¿Te gustan los desvíos?».

Alfonso: «Me encantan, tanto espacial como conceptualmente. Al pensar en desvíos pienso en la película Detour (1945), de Edward G. Ulmer, quien siempre trabaja en los márgenes. Desviarse es trabajar al margen de la corriente principal».

Espejo: «¿Están disueltos los personajes de Signos herméticos de una nueva melancolía?».

Alfonso: «Son bastante espectrales, sí, van disolviéndose o lo hace su conciencia, sobre todo la de N. Su memoria fluctúa, incluso se hace borrosa, se pierde. Así que las identidades de los diferentes personajes parecen fusionarse, fundirse […] Cuando escribo, busco crear bucles o loops, al igual que los crean musicalmente Steve Reich o Eliane Radigue. La música experimental e hipnótica de Radigue tiene mucho que ver con la estructura de la novela».

Espejo: «¿Entiendes la literatura como una puerta a otras realidades?».

Alfonso: «Todo el arte debe procurar abrirse a otras realidades y trascender aquello que nos rodea. Pienso en El Bosco o en René Magritte […] No me interesa la literatura totalitaria, que trata de imponer una verdad a lectores sumisos, que trata de controlar el pensamiento».

Espejo: «La distopía en la que viven tus personajes me recuerda a Ballard o a Pynchon. ¿Vivimos bajo el influjo de fuerzas totalitarias?».

Alfonso: «Los textos de William S. Burroughs, de Jean Baudrillard, de Paul Virilio nos han estado advirtiendo e ilustrando, desde hace décadas, sobre la situación en que nos encontramos ahora: un mundo cada vez más totalitario en el que se están recortando nuestras libertades individuales. En La epidemia como política, Giorgio Agarben dice con sensatez que “una sociedad que vive en un estado de emergencia perpetua no puede ser una sociedad libre”. Ocurre que el totalitarismo no sólo viene desde arriba sino que se propaga de forma horizontal».

Espejo: «Has hablado del concepto de hauntología, de Mark Fisher, esa mirada hacia realidades no materializadas, hacia lo ausente o espectral».

Alfonso: «Aunque es cierto que las redes sociales crean fantasías narcóticas, espectros, y que muchos se empeñan en compartimentar la realidad y establecer fronteras de todo tipo —políticas, sociales, identitarias, emocionales—, no puedo creer que asistamos a un cansancio de la realidad, aunque el simulacro esté en todas partes. En SHNM, el concepto de hauntología está muy presente puesto que pretende plasmar todo aquello que fue o que se disuelve».

Espejo: «La cita de Jung que abre la segunda parte, “Sólo tiene significado lo no comprensible”, creo que tiene mucho de leitmotiv, no sólo en esta novela sino en toda tu obra. ¿Qué papel tienen los elementos esotéricos (esferas, escarabajos, máscaras de lechuza) presentes en el libro?».

Alfonso: «Creo que una de las cosas más bonitas que podemos experimentar a nivel estético es la incertidumbre o, dicho de otro modo, la falta de certezas, la libertad para interpretar y sentir ante aquello que tenemos delante. El arte no debe ser doctrina. Si hay elementos esotéricos dentro del libro, debemos tener en cuenta la multiplicidad de significados».

Espejo: «El adjetivo que más se repite, al hablar de tu texto, es “hipnótico”, pero no es fácil explicar por qué: lo enigmático del mundo que habitan tus personajes, lo rítmico o poético de tu fraseo, lo fascinante de esa mirada ‘borrosa’ sobre la realidad… Háblanos de tu proceso, cómo construyes un artefacto así».

Alfonso: «Hay una cosa que comentas que es esencial y que, no hay duda, está ahí. Y eso que está ahí es el fraseo, el ritmo que procuro imprimir a los textos que escribo. Entiendo que viene dado por la música: la música, tal vez, me influya tanto o más que la literatura a la hora de escribir. No me siento a gusto cuando leo textos que conceptualmente pueden ser interesantes pero que descuidan la forma porque, como dice Peter Sloterdijk en Esferas, “las historias de amor son historias de forma”. Y Signos herméticos de una nueva melancolía es, en realidad, una historia de amor».

 

«Una obra muy potente».

Domingo Llor

Domingo Llor
Librería La Montaña Mágica

30 de octubre de 2021

Domingo Llor, artista, autor de un experimento ígneo para pesar la poesía, considera que lo mejor que le puede pasar a un libro es que sea considerado como inclasificable, como le ha pasado a Signos herméticos de una nueva melancolía. También ha dicho:

«Que difícilmente podría haberse spoiler de esta novela por haberse quitado ese pesado yugo que es el planteamiento, nudo y desenlace».

«Que manifiesta una realidad que pasa de estados gaseosos a líquidos con suma facilidad pero que nunca encontramos en términos absolutos, en estado sólido».

«Que tiene tintes de road movie».

«Que los ámbitos comarcales [la novela está ubicada en la región de Murcia] que aparecen en la novela han sido dotados de pátina, de literatura; que ya no volverá a mirar de la misma manera ese hotel de carretera, el bosque cercano a la playa, las gasolineras…».

«Que los personajes funcionan a modo de piezas de ajedrez dentro de la placenta argumental».

«Que le encanta el personaje de Magritte porque sueña tanto que le duele soñar».

«Que cabe destacar de este artefacto que sea un libro abierto, compuesto mediante bucles que le recuerdan a la programación informática y a la música minimalista».

«Que Alfonso ha creado una burbuja completamente lisérgica que invita a leerse el libro de un tirón».

«Uno de los autores más interesantes
de la narrativa española actual
».

Diego Sánchez Aguilar

«Escapar de la línea recta en la novela: Signos herméticos de una nueva melancolía, de Alfonso García-Villalba»
Diego Sánchez Aguilar
Pliego Suelto

9 de diciembre de 2021

«Con esta novela, consolida y amplía un mundo estético radicalmente original para el que me cuesta encontrar referentes dentro de nuestra tradición. Quizá William Burroughs o Philip K. Dick, pero no tanto; sus referencias están más allá de lo literario, en el cine (David Lynch, David Cronenberg, Satoshi Kon) o en el cómic (Charles Burns, Oliver Schrauwen)».

«Le ofrece al lector una nueva experiencia literaria por una concepción del hecho narrativo que supone una refutación absoluta de la idea de linealidad».

«Alterna la primera, la segunda y la tercera persona, y el tiempo presente, pretérito y futuro. La progresión se asemeja a un bucle o a una esfera».

«Un triángulo de personajes cuya identidad se confunde, se desintegra en un espacio geográfico, el campo de Cartagena, que adquiere dimensiones míticas».

«El triángulo amoroso de los personajes habita unos bucles donde el sexo, el deseo, los celos y el impulso de desintegración, o de integración, en el otro, dibujan un delirio que expande la realidad y refuta la tiranía de lo previsible».

«La experiencia de lectura es una experiencia en el tiempo, un ritmo cíclico de ondas que van repitiéndose y ampliándose como una composición musical minimalista».

«El sentido y el significado se crean y se mantienen mientras dura la lectura y luego desaparece dejando un poso oscuro, hermético y melancólico, que nos acompañará durante mucho tiempo».

«La experiencia de leer esta novela
es única, nueva, maravillosa
».

Paco Paños

«Entrevista a Alfonso García-Villalba»
Lujo Berner 
El Coloquio de los Perros

16 de diciembre de 2021

Leer esta novela supone dejarse arrastrar por ese torbellino de imágenes que suponen los numerosos círculos excéntricos con los que parece construirse. […] He dicho círculos excéntricos. Y un círculo excéntrico no es más que una elipse. Y una elipse puede llegar a confundirse con una órbita. La órbita de una esfera azul, por ejemplo. Y con elipses y órbitas parece construirse la geometría de esta novela que desconfía, por sistema, de lo lineal: ese horizonte que desaparece.

P. Futuros perdidos, pasados que nunca sucedieron, entidades o ideas recurrentes que acechan a los personajes como fantasmas inevitables… Intuyendo cuando fue escrita y sabiendo cuando Mark Fisher llegó a tu vida, ¿es esta novela hauntológica antes de la hauntología?

Creo que fue hacia 2017 cuando empecé la redacción de esta novela. En enero de 2018 la di por terminada. Qué ingenuo. Al menos era una primera versión que, con el tiempo, fui modificando, corrigiendo. En este proceso, bastante hipnótico y como en trance por momentos, tuve la suerte de pasarle el manuscrito a Alejandro Hermosilla, buen amigo y escritor, que me dio una serie de consejos que, sin duda alguna, hicieron que la novela fuera mucho más allá de sus propósitos iniciales. Es por eso que no puedo estar más que profundamente agradecido a Alejandro. A decir verdad, es en septiembre de 2019 cuando doy por finalizada la novela. Aún así, hasta enero de 2020 no me decido a enviarla a casi ninguna editorial. Poco después aparece en escena la pandemia que todos conocemos y parece que el mundo se detiene. Y esta novela queda en modo parálisis también hasta que Christel Penella de Silva, de Franz Ediciones, me dice que quiere publicar la novela. ¿Y por qué cuento todo esto? Porque no es hasta finales de 2019 o principios de 2020 que conozco la obra de Mark Fisher. Y, evidentemente, quedo deslumbrado por sus reflexiones certeras acerca del mundo que vivimos y, cómo no, sobre la hauntología, toda una movida que venía ya del concepto de espectrología sobre el que décadas atrás había reflexionado Jacques Derrida. Pero no es hasta cuando Christel y yo nos ponemos a preparar la edición de Signos herméticos de una nueva melancolíaque no me doy cuenta de que la novela, en realidad, es absolutamente hauntológica, por decirlo de alguna manera incluso cómica. ¿Y qué es la hauntología o qué diría yo en torno a ella? A ver: si pensamos en la ontología como el estudio o la ciencia que reflexiona sobre el existir y, en definitiva, el ser, en cambio, la hauntología tendría que ver con lo espectral y con lo fantasmal. Con todo lo que no es o con lo que ha dejado de ser. Con aquello que podría haber sucedido pero que ya no tendrá lugar. Todo aquello que se disuelve y desvanece. Todo lo que ya no será. Y, en cierto modo, Signos herméticos de una nueva melancolía trata de eso.

P. Hildegard von Bingen, abadesa mística alemana de la Baja Edad Media y a la cual se nombra en el libro, es reconocida por ser la creadora de la Lingua Ignota, primera lengua artificial de la historia. Viendo la evolución depurativa desde Esquizorrealimo y la riquísima codificación de Signos herméticos de una nueva melancolía, ¿estás camino de establecer tu propio idioma de signos? ¿Una especie de Código Magritte (al que también se alude directa o indirectamente en la novela)?

Quiero pensar que Signos herméticos de una nueva melancolía es una novela, en cierto modo, simbólica. Una novela donde proliferan los enigmas. […] Tal vez porque la música, a la hora de escribir, sea tan influyente como el propio René Magritte lo haya sido en Signos herméticos de una nueva melancolía. O Hildegard von Bingen a través de la lectura que Peter Sloterdijk en Esferas hizo de la producción de esta mujer tan mágicamente visionaria.

P. Beta en Homoconejo, ahora blip, Logos, escarabajos alucinógenos que te protegen contra los drones… […]

[…] al principio, Signos herméticos de una nueva melancolía llevaba por título Desintegración y, en su gestación inicial, mucho tuvo que ver ese álbum [Disintegration de The Cure] y una canción como ‘Homesick’ porque, de algún modo, Signos herméticos de una nueva melancolía trata sobre la desintegración de la conciencia y la memoria de un individuo. Y si pensamos, por seguir un poco […] en la presencia de sustancias en mis libros, éstas tienen cabida en ellos porque en muchos casos articulan los cambios de realidad o la confusión entre sueño y vigilia que puede darse en libros como Homoconejo o esta última novela. Supongo que la lectura de William S. Burroughs me dejó un tanto despierto y sensible a todo esto, condicionado, enganchado. Aunque supongo que, también, Terence McKenna, gurú psicodélico, me haya influido por eso de verlo en YouTube en multitud de vídeos y charlas o leer algunos de sus libros como El manjar de los dioses pero, sobre todo, por Alucinaciones reales.

P. ¿Es N todos los personajes/estados del libro?

Sí y no. Evidentemente, hay una suerte de contagio de emociones y pensamientos entre los personajes. Y podría llegar a afirmar, también, algo parecido a lo que llegó a decir Flaubert: «Madame Bovary soy yo». Todos los personajes en Signos herméticos de una nueva melancolía soy yo. Pero tampoco son yo. ¿Me explico? Yo soy Mau Mau, yo soy N, yo soy Zeta. Sin embargo, no soy ninguno de ellos. Solamente Magritte es Magritte, el amigo de N que está obsesionado con los escarabajos alucinógenos.

P. En apariencia hay un triángulo amoroso en la novela, ¿no?

[…] A decir verdad, lo de la psicología del personaje es algo demodé que ya el propio Kafka criticaba en su tiempo. ¿Para qué una psicología de los personajes si queremos hacer una novela verdaderamente contemporánea? ¿O, más bien por qué ha de ser tenida en menor valor aquella narrativa que prescinde de algo así? Y eso es algo habitual, una suerte de reproche. ¿Y para qué ese tipo de narrativa psicologista si en realidad nuestro comportamiento, en la actualidad, tiene ya mucho más que ver con el de insectos sociales como las hormigas o las abejas…?

«He flipado».

Lujo Berner

«Libros murcianos del año»
Paco Paños
eldiario.es

31 de diciembre de 2021

«Cuando te adentras en el mundo onírico, alucinado y esquizoide de estos Signos herméticos… sientes que alguien te está zarandeando, que te arrastra por caminos, para ti, ignotos como lector. Es como si fueras el visitante intruso del interior de una esfera (azul, claro) habitada por N, Z y Mau Mau, y alguien la estuviera agitando desde fuera. Es imposible, por tanto, tener una visión lineal de estos personajes o de la historia que el autor desarrolla en giros constantes, en órbita elíptica, pero no alrededor de la esfera, sino en el interior».

«La experiencia de leer esta novela es única, nueva, maravillosa y me ha hecho un adicto a la forma de escribir de Alfonso García-Villalba».

«Signos herméticos»
Alejandro Hermosilla 
Avería de Pollos

31 de enero de 2022

«Recomiendo leer Signos herméticos de una nueva melancolíaescuchando un tema de Boards of Canada: Music is math».

«Definiría esta obra como una instalación artística […] también como una canción minimalista».

«Alfonso García-Villaba ejerce de chamán o de DJ […] atrae símbolos culturales […] como los de David Lynch, Gilles Deleuze, Mark Fisher, David Foster Wallace, David Cronenberg, Mario Bellatin, Charles Burns, Peter Sloterdijk o Robert Smith».

«Esta obra es una instalación artística».

Alejandro Hermosilla

«Lady Leño y los pececicos»
Ana Belen Martínez 
Estado Crítico

22 de abril de 2022

«Una novela atípica, onírica e irracional […] Un artefacto arriesgado que desencadena una lectura muy distinta».

«García Villalba conforma su tercera novela a base de símbolos y elementos sensoriales».

«Habitaciones de hotel, árboles oscilantes, grabaciones antiguas, espejos en los que meterse, mujeres con cabeza de lechuza, una vaca amarilla… Imágenes que asaltan al lector como piezas de un puzzle».

«Una novela casi humana que
habla con tanto acierto de nosotros
».

Santi Mazarrasa

«Signos herméticos de una nueva melancolía, de Alfonso García-Villaba»
Santi Mazarrasa 
Librújula

14 de junio de 2022

«Un texto difícil, atractivo, nebuloso, persuasivo, de pretensiones intrigantes».

«Aún no estoy seguro de que el nuevo libro de Alfonso García-Villalba sea cualquier cosa menos una novela.  En cualquier caso, es un texto que se aleja deliberadamente de lo narrable, que estira la cuerda de su humanidad. Pero sigue siendo un libro, casi una novela o una novela casi humana».

«Ediciones Franz ha tenido el valor de publicar un texto inclasificable. Quizás porque experimentaron en Signos herméticos de una nueva melancolía el deseo impotente de narrar lo irrecuperable, de recuperar lo disuelto. Quizás me equivoque, pero es preocupante, y acabo, que una novela casi humana hable con tanto acierto de nosotros».

«Signos herméticos de una nueva melancolía, de Alfonso García-Villaba»
Revista El Ciervo
Julio-agosto 2022

«La sensación de tiempo detenido se debe a una estructura narrativa no lineal, que expande las interpretaciones y nos acerca a otro concepto de realidad».